Vale la pena

 Acabo de hacer dormir a mi hijo, en mis brazos, meciendo su pequeño ser, con la frecuencia y velocidad justas que solo yo sé que lo hacen dormir, no es la primera vez y tampoco será la última, y aún así cada vez que lo hago es una especie de bálsamo para mi alma, vale la pena soportar todo esto, tolerar que no me ames, tolerar extrañar a mi Alele, ser tan gris, vale la pena todo con tal de poder hacer dormir a mi precioso Emiliano en mis brazos.

Tantas mañanas en que no quería despertar, tantas veces que calculé un final digno e indoloro para mí, tantas fantasías de libertad, y que ahora ya no significan nada, si tengo que llevar la tristeza entera del mundo sobre mis hombros, para poder seguir haciendo dormir a mi hijo, para poder ver esa sonrisa hermosa, lo voy a hacer, todo palidece ante eso.

Me cuesta explicarme este milagro, la magia que tiene ese pequeño ser sobre mí, y aún así, aquí estoy, llorando mientras tecleo estás palabras cursis, pensando en sus sonrisas, en sus ruiditos, en sus diminutos y suaves pies, a pesar de todos los sin sabores, a pesar del amor perdido, vale la pena poder compartir cada día contigo hijo mío.

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