Entradas

Mostrando las entradas de abril, 2021

Todo estuvo menos malo un tiempo

 Todo estuvo menos malo los últimos días, hubo hasta un amago de cariño, pero hoy me reprochaste, dijiste que cuando te mendigo un poco de sexo, estoy tratándote como objeto, cuando el sexo es probablemente la única conexión humana que tenemos, cuando te diriges a mí solo para pedirme plata o ayuda en el trabajo ¿tratarme como cajero automático no es tratarme como objeto? Sabía que era ingenuo de mi parte creer que habría una mejoría, por eso ni siquiera lo consideré, ya no me puedo dar el lujo de tener esperanza, sí, no volveré a bajar la guardia, quizás deba empezar a dormir en la otra habitación, quizás deba irme a San Felipe y no volver. Cada día con más fuerza fantaseo que el Emiliano aprende a comer pronto, y nos vamos, o tú te vas, ya no me importa, en cualquier lugar, solos yo y mi hijo, con él a mi lado lo puedo todo.  ¿Tienes el privilegio de poder alimentarlo y te quejas? ojalá yo tuviera ese don, no te mereces poder amamantar a nuestro hijo, te detesto.

Te deseo lo mejor.

 Espero que te vaya bien en el concurso y obtengas el trabajo, que inicies tu carrera y logres tu independencia, que se acabe la excusa de estar conmigo porque te da miedo iniciar todo de nuevo sola, que te vayas a ese lugar lejano donde es tu trabajo. Ya ni siquiera tengo esa fantasía de venganza, donde te vas y te arrepientes y te arrastras por mí, porque ya no me interesa, así como casi no siento celos, ni me importa revisar tu celular y saber con quien hablas, ya no me interesa nada, lo único que nos une es compartir casa, y nuestro hijo. Te deseo lo mejor, que tengas la plata que necesitas para prescindir de mí, que me dejes, pero a mi hijo no te lo llevas, yo tengo su cuidado personal, y no me lo vas a quitar sin una sentencia firme. Estoy seguro que será difícil criar a un hijo solo, pero ningún sacrificio es demasiado por mi pequeño, y por la paz que tendré sin ti, sin sentirme tan insuficiente, tan erróneo, tan indeseable. Te lo ruego que me dejes, ya no tengo energías para fi

Vale la pena

 Acabo de hacer dormir a mi hijo, en mis brazos, meciendo su pequeño ser, con la frecuencia y velocidad justas que solo yo sé que lo hacen dormir, no es la primera vez y tampoco será la última, y aún así cada vez que lo hago es una especie de bálsamo para mi alma, vale la pena soportar todo esto, tolerar que no me ames, tolerar extrañar a mi Alele, ser tan gris, vale la pena todo con tal de poder hacer dormir a mi precioso Emiliano en mis brazos. Tantas mañanas en que no quería despertar, tantas veces que calculé un final digno e indoloro para mí, tantas fantasías de libertad, y que ahora ya no significan nada, si tengo que llevar la tristeza entera del mundo sobre mis hombros, para poder seguir haciendo dormir a mi hijo, para poder ver esa sonrisa hermosa, lo voy a hacer, todo palidece ante eso. Me cuesta explicarme este milagro, la magia que tiene ese pequeño ser sobre mí, y aún así, aquí estoy, llorando mientras tecleo estás palabras cursis, pensando en sus sonrisas, en sus ruiditos

El cliché

 De todas esta tensión existente entre los géneros, el patriarcado, el feminismo, pronombres correctos y qué sé yo, una de las caricaturas que me parecían más exageradas era esa de los hombres que se quejaban de ser valorados solo por su dinero, posesiones y carrera, siempre asumí que simplemente eran personas que no sabían valorar lo que tenían, que probablemente recibían gestos de aprecio que no registraban, un poco como cuando las mujeres se quejan de soledad cuando tienen un ejercito de vínculos buscandolas. En un giro que no debería sorprender a nadie, hoy me identifico bastante con esa caricatura, la mamá de mi hijo está absolutamente desinteresada en mí, y si me habla es para que la vaya a dejar donde su familia (o sea, que sea su uber) o para que vayamos a comprar, ni siquiera me habla para pedirme plata porque hace mucho simplemente le di las claves de las cuentas pues me parece desagradable hacer esas tareas, supongo que fue una mala decisión, creo que no me respeta, fuera de

Las mujeres, la familia, mi hijo.

 Creo que mi relación con las mujeres estaba destinada al fracaso desde mi concepción, fui fruto de un matrimonio sin amor, donde mi existencia le recordaba constantemente a mi madre su amor por un hombre distinto a mi padre, claros síntomas de eso fueron que: nunca me amamantó, y que estuvo internada por depresión post-parto, nunca formamos ni un vínculo y ella no sabe mucho de mí, además de mi dirección, mi profesión y el lugar donde trabajo. No creo que me hayan tratado especialmente mal en mi infancia, digo, para los estándares de la época mi madre me dio una que otra palmada y correazo, no me molesta particularmente eso, aunque nunca pude olvidar los gritos y descalificaciones, aún no así, no me siento afectado por esto, lo que sí realmente me duele, hasta el día de hoy, fue la falta de cariño y tacto, es decir, no me trataban pésimo, pero tampoco bien, ambos padres fueron bastante indiferentes conmigo, cada uno teniendo por prioridad a sus respectivas familias (mis abuelos y tíos